Prácticas de prevención de Enfermedades Cardiovasculares En Estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús, 2025.

Yésica Beatriz Díaz

Yésica Beatriz Díaz
Licenciada en Enfermería de la Universidad Nacional de Lanús.


 

Resumen

Las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte a nivel mundial. A pesar de ser prevenibles y de las numerosas campañas de concientización, promoción y prevención, siguen siendo uno de los mayores desafíos para la salud pública global. En Argentina, el número de muertes por enfermedades cardiovasculares sigue en aumento. Para la disciplina de enfermería, es fundamental comprender los procesos que inciden en la prevalencia de estas patologías. El objetivo de este trabajo fue Analizar las prácticas de cuidado en relación con la prevención de enfermedades cardiovasculares que realizan los estudiantes. El estudio utilizo un muestreo no probabilístico por conveniencia de los estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús, en el turno mañana y turno tarde, con 58 encuestados. Los resultados muestran que la mayoría de los estudiantes encuestados tienen entre 18 y 34 años (65,52%) y son mayoritariamente mujeres (91,38%). En cuanto a los hábitos alimenticios, el 81% presenta prácticas medianamente saludables. El nivel de actividad física es mayormente nulo o muy bajo (63,79%), el 51,7% no consume sustancias lícitas o ilícitas. Respecto al control del estado de salud, el 39,7% lo realiza de forma adecuada. Finalmente, el 65,52% de los estudiantes tiene antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, lo que representa un factor de riesgo relevante.

En conclusión, los estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús presentan estilos de vida con factores de riesgo cardiovascular, especialmente por el sedentarismo, el consumo de sustancias y el bajo control de salud. Aunque hay prácticas alimenticias medianamente saludables, la prevención resulta insuficiente. Es necesario fomentar hábitos saludables desde una perspectiva integral y contextualizada.

Palabras claves: Practicas, Prevención, Cardiovascular, Estudiantes Universitarios.

Abstract

Cardiovascular diseases are the leading cause of death worldwide. Despite their preventability and numerous awareness, advocacy, and prevention campaigns, they remain one of the greatest challenges to global public health. In Argentina, the number of deaths from cardiovascular diseases continues to rise. For nursing discipline, it is essential to understand the processes that influence the prevalence of these pathologies. The objective of this study was to analyze nursing students’ care practices related to cardiovascular disease prevention. The study used a non-probability convenience sample of morning and afternoon students at the National University of Lanús, with 58 respondents. The results show that the majority of the students surveyed were between 18 and 34 years old (65.52%) and were predominantly women (91.38%). Regarding eating habits, 81% had moderately healthy practices. The level of physical activity is mostly zero or very low (63.79%), and 51.7% do not use legal or illegal substances. Regarding health monitoring, 39.7% do so adequately. Finally, 65.52% of students have a family history of cardiovascular disease, which represents a significant risk factor.

In conclusion, students at the National University of Lanús present lifestyles with cardiovascular risk factors, especially due to a sedentary lifestyle, substance use, and poor health monitoring. Although there are moderately healthy eating habits, prevention is insufficient. It is necessary to promote healthy habits from a comprehensive and contextual perspective.

Keywords: Practices, Prevention, Cardiovascular, Students University.

Introducción

Los eventos cardiovasculares son una de las principales causas de muerte y de discapacidad a nivel mundial; sin embargo, la mayoría de las Enfermedades Cardiovasculares pueden prevenirse a través de un cambio conductual de la población, desde el enfoque de la prevención y autocuidado en la salud; son un problema de salud que afecta principalmente al funcionamiento del sistema cardiovascular provocando el deterioro de los vasos sanguíneos por la acumulación de placas de ateroma, el desgaste del musculo cardiaco, afectando la irrigación al cerebro, aumento de tensión arterial y derivando en la muerte.

El riesgo cardiovascular se refiere a la probabilidad de que una persona experimente una enfermedad cardiovascular en un periodo determinado. Este riesgo puede evaluarse de forma cualitativa, clasificándolo en niveles como bajo, moderado, alto o muy alto, o de manera cuantitativa, mediante una estimación numérica de la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular, ya sea fatal o no, en un plazo de tiempo, generalmente de diez años o a lo largo de la vida. Aunque los casos más graves suelen concentrarse en los niveles altos de riesgo, la mayoría de los eventos cardiovasculares ocurren en personas con riesgo moderado, debido a que representan el grupo más numeroso. En la población española de entre 40 y 65 años, el riesgo cardiovascular suele ser moderado en hombres y bajo en mujeres, observándose un aumento de factores de riesgo no tradicionales como la obesidad y la hipertrigliceridemia en quienes presentan riesgo moderado (Amor et al., 2015 citado en Castro Cuesca, 2022).

El desarrollo de una Enfermedades Cardiovasculares depende del riesgo cardiovascular de la persona (hipertensión arterial, diabetes, obesidad), de los factores no modificables (edad/sexo/ antecedentes patológicos familiares) y factores modificables (hábitos alimenticios, ejercicio físico, descanso, consumo de sustancias, Tabaquismo, estilo de vida y sedentarismo). La Sociedad Española de Cardiología, Barea González & Arroyo Moñiño (2021) establece una relación entre la formación de placas de ateroma en las arterias y el desarrollo de una enfermedad coronaria si no son modificados los hábitos. Debido al incremento de los infartos en personas jóvenes, por el aumento de los factores de riesgo, se deben modificar los estilos de vida que estamos cursando en la actualidad para prevenir la aparición de las placas de ateroma que derivan en enfermedades cardiovasculares.

Según la Fundación Favaloro, en Argentina, las enfermedades cardiovasculares aumentaron un 30%, reflejando un deficiente control de los factores de riesgo. Antes, el sobrepeso y la hipertensión afectaban principalmente a personas mayores de 50 años, pero hoy se observan en jóvenes de 18 años en adelante, lo que plantea un escenario preocupante para el futuro si no se implementan estrategias preventivas eficaces. El análisis por grupos etarios revela que, entre los 15 y 34 años, las enfermedades cardiovasculares ocupan el tercer lugar como causa de muerte; entre los 35 y 64 años, el segundo lugar; y, a partir de los 65 años, se posicionan como la principal causa de mortalidad (MiArgentina, 2022). Son la causal de muerte de una de cada tres personas al año, lo que equivale a 110.062 fallecimientos en 2022, consolidándose como la principal causa de muerte en el país.

Las personas con antecedentes familiares positivos de Hipertensión muestran una prevalencia de la enfermedad dos veces mayor que aquellas sin dichos antecedentes, independientemente de su peso. La evidencia científica muestra que el consumo de Tabaco está relacionado con el aumento de la Presión Arterial, aumento de la frecuencia cardiaca, Trombosis, Hemorragias y enfermedades Isquémicas dado a los compuestos del Tabaco que generan en el organismo la excitación del sistema nervioso; existe una relación entre el riesgo de sufrir IAM y las personas fumadoras, siendo mayor el riesgo en los hombres que consumen tabaco que en las mujeres. Si bien reducir el consumo de tabaco es beneficioso para la salud, esto no elimina las posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular; por lo que se debe apuntar a la conciencia social para generar más espacios libres de humo de tabaco (Méndez et al., 2020).

El consumo de sustancias psicoactivas en Argentina (drogas, tabaco y alcohol) predispone a la enfermedad cardiovascular y defunción; las muertes por enfermedades cardiovasculares relacionadas a consumo de sustancias psicoactivas se registraron en mayores de 35 años siendo los hombres quien muestran mayor consumo en comparación a las mujeres (Argentina.gob 2024).
Diversas investigaciones en Iberoamérica han evidenciado que los estilos de vida poco saludables y el escaso conocimiento sobre los factores de riesgo cardiovascular continúan siendo una preocupación en el ámbito de la Atención Primaria de Salud. García & Rieco (2020) destacan que, aunque la diabetes presenta cierto grado de control, el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad abdominal siguen sin abordajes efectivos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

En los últimos 20 años no se ha notado una disminución en el riesgo cardiovascular en adultos jóvenes, la hospitalización de personas menores a 55 años con un estilo de vida poco saludable no ha disminuido en los últimos 10 años en comparación a las personas de 60 años. El estilo de vida que adoptan los estudiantes universitarios los expone a adquirir hábitos pocos saludables, en alimentación, consumo de sustancias y sedentarismo, aquellos cuyas familias son fumadoras o cuyo entorno social presenta consumo de alcohol o tabaco, manifiestan un consumo que inicio en la adolescencia con lo cual al llegar a la etapa universitaria muchos ya tienen años de consumo. Por otro lado, los estudiantes a fines a la Salud presentan mejores hábitos de salud en comparación con aquellos estudiantes de otras carreras y una relación en aquellos estudiantes que viven lejos de su familiar a modo de enfrentar el estrés, adaptarse a un nuevo mundo y la competitividad (Castro Cuesca, 2022).

Es a partir de lo antes mencionado que surge el siguiente interrogante: ¿Cuáles son las prácticas de prevención de enfermedades cardiovasculares que realizan los estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús en el año 2025? Para responder el interrogante se propone como objetivo principal conocer que prácticas de prevención realizan los estudiantes de la universidad nacional de Lanús sobre las enfermedades cardiovasculares en el año 2025.

Metodología

La presente investigación adoptó un enfoque cuantitativo, de tipo transversal y diseño descriptivo. La población objeto de estudio estuvo conformada por estudiantes de carreras de grado pertenecientes a los cuatro departamentos de la Universidad Nacional de Lanús, durante el periodo de Abril-Octubre del año 2025. Los criterios de inclusión contemplaron a todos los estudiantes regulares de los turnos mañana y tarde de primero a quinto año, quedando excluidos aquellos que no aceptaron participar y los que cursan en el turno noche.

La muestra seleccionada fue no probabilística por conveniencia, integrada por estudiantes de los turnos mencionados. La variable principal de estudio fue Prácticas de cuidado en relación con la prevención de enfermedades cardiovasculares, abordada a través de las siguientes dimensiones: Hábitos alimenticios, Actividad física y sedentarismo, Consumo de sustancias, Controles de salud y Antecedentes de riesgo cardiovascular.

La dimensión Hábitos alimenticios fue medida considerando las recomendaciones de las Guías de Alimentación para la Población Argentina (GAPA) donde se describe a la alimentación saludable como “aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para que cada persona pueda llevar adelante las actividades diarias y mantenerse sana. La alimentación debe respetar los gustos y hábitos, o sea, la cultura de cada persona y/o familia.” Para alcanzar esta alimentación saludable presenta 10 mensajes dirigidos a la comunidad en donde se estipula un mínimo de ingesta diario de los 6 grupos de alimentos requeridos para tener una alimentación saludable. Además de esto se tomaron en consideración los métodos de cocción utilizados.
Siguiendo esta premisa, se le dio valor a la variable siendo “Saludable (5)”, “Medianamente saludable (4 a 2)” y “Poco saludable (1 y 0)”.

Saludable: Consume “Siempre” alimentos de los Grupos 1, 2, 3,4,5 y “Nunca” alimentos del grupo 6; consume 8 vasos de agua potable al día; prioriza como bebida de elección a la hora de comer, el agua potable; realiza las 4 comidas. Su plato de comida diario se aproxima más a ser 50% frutas o verduras, 25%proteinas y 25% carbohidratos. Sobre los métodos de cocción serán considerados saludables cuando la frecuencia sea de “Siempre” en Hervor o Vapor, “Casi Nunca” o “Nunca” en Microondas y “Nunca” en Frituras, parrilla y asados. (Puntaje 5)

Medianamente saludable: Consume “Siempre” o “Casi Siempre” alimentos de los Grupos 1, 2, 3,4,5 y “Casi Nunca” o “Nunca” alimentos del grupo 6. Consume de 6 a 4 vasos de agua potable por día; prioriza el agua potable en su bebida de elección en las comidas; realiza las 4 comidas al día. Su plato de comida diaria se aproxima a ser 50% proteínas y 50% verduras. Prioriza como Método de cocción Hervor o Vapor “Siempre” o “Casi siempre”, Frituras/ parrilla/ asados “Casi Nunca” o “Nunca” y Microondas “Casi siempre”. (Puntaje 4 a 2)

No saludable: Consume “Nunca” o “Casi nunca” alimentos de los Grupos 1,2,3,4,5 y “Siempre” o “Casi Siempre” alimentos del Grupo 6. Consume menos de 2 vasos de agua potable por día. Selecciona bebidas como Gaseosas o Jugos en polvo para acompañar a las comidas; No realiza las 4 comidas diarias. Su plato de comida diaria se aproxima más a ser más del 50% frituras, aderezos, gaseosas o alcohol. Prioriza como Métodos de cocción “Siempre” o “Casi siempre” Frituras/parilla/asados, Microondas “Casi nunca” o “Nunca” y Hervor/vapor “Nunca” o “Casi nunca”. (Puntaje 1 o 0).

Actividad física y sedentarismo: La actividad física comprendida como todo movimiento de contracción musculo esquelético, en relación con las enfermedades cardiovasculares tiene un papel fundamental en la mejora de la calidad de vida de las personas, debido a que a través de la actividad física el cuerpo logra disminuir la tensión arterial, controlar los valores de glucemia, disminuir los triglicéridos en sangre, favorece a la función respiratoria, reduce el porcentaje de grasa corporal y abdominal.

El nivel de actividad física será evaluado según los indicadores que indagan sobre la realización de ejercicio o deporte, frecuencia y tiempo que se le dedica.

Adecuado: Realiza actividad física, todos los días o entre 6 a 4 días por semana, por más de 30 minutos en cada ocasión alcanzando el recomendado por la OMS 300 minutos semanales de actividad física y utiliza una App para controlar el tiempo de inactividad (Puntaje 4)

Leve: Realiza actividad física, de 3 a 2 veces por semana, durante 30 minutos en cada ocasión, siendo el tiempo de ejercicio de 150 minutos semanales. (Puntaje 3-2)

Nulo o Muy Bajo: No realiza ningún tipo de actividad física o lo hace 1 vez por semana (Puntaje 1-0)

Consumo de sustancias nocivas:

Según la OMS el tabaco es una de las mayores amenazas de las Salud Pública, ya que tanto el consumo como la exposición al humo del cigarrillo aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular, más de 7 millones de las muertes a nivel global se deben al consumo de tabaco. (OMS, 2023)

El nivel de consumo de sustancias lícitas e ilícitas serán evaluadas según los indicadores que indagan sobre tipo de producto que se consume y frecuencia de consumo.

Nulo: No Fumador, no consume ningún producto o sustancia toxica lícita o ilícita. (Puntaje 0)

Leve: Fumador, consume al menos 1 producto (cigarrillo/ mariguana/tabaco/ alcohol/energizantes/otros), consume con una frecuencia de 1 vez por semana. (Puntaje 1-2)

Moderado: Fumador, consume al menos 1 producto (cigarrillo/ mariguana/tabaco/ alcohol/energizantes/otros), la frecuencia de consumo es alrededor de 3 veces por semana. (Puntaje 3)

Grave: Fumador, consume 1 o más productos legales o ilegales (cigarrillo/ mariguana/tabaco/ alcohol/energizantes/otros), la frecuencia de consumo es diaria es decir todos los días. (Puntaje 4)

Controles de salud: El nivel de control sobre la salud será evaluado según los indicadores que indagan sobre el conocimiento de Presión arterial, Colesterol, Glucemia, Peso actual y la frecuencia de control sobre los mismos.

Adecuado: Tiene conocimiento sobre su Presión arterial, Colesterol, Glucemia y Peso; la frecuencia de control será de todos los días en el caso de la presión arterial, 1 vez por semana el peso actual, cada 6 meses la glucemia y el colesterol. (Puntaje 4)

Medianamente adecuado: Tiene conocimiento sobre al menos 2 factores de salud mencionados anteriormente; la frecuencia de control será de 1 vez por semana o cada 6 meses. (Puntaje 3-2)

Inadecuado: No tiene conocimiento sobre su Presión arterial, Colesterol, Glucemia, Peso actual y la frecuencia de control sobre los mismos es de 1 vez por año o solo cuando se siente mal. (Puntaje 1).

Antecedentes familiares

Los Antecedentes familiares en salud, se refieren al registro de enfermedades y padecimientos de una persona y su grupo familiar, este registro determina cuando una persona tiene mayor riesgo de padecer o desarrollar una enfermedad a lo largo de su vida. (NIH, 2025). Los indicadores utilizados es esta dimensión indagaron sobre la existencia de antecedentes familiares en cuanto a Colesterol, Hipertensión y fallecidos antes de los 55 años por enfermedades del corazón.

La recolección de dichos datos se realizó mediante encuestas anónimas, con el objetivo de preservar la confidencialidad y privacidad de los participantes. Previamente, se llevó a cabo una prueba piloto para validar el instrumento. Los datos obtenidos fueron registrados y analizados utilizando el software Microsoft Excel (versión 365).

Resultados

Los hallazgos obtenidos de 58 encuestas realizadas a estudiantes universitarios de entre 18 a 54 años y más, en su mayoría pertenecientes al Departamento de Salud Comunitaria, de las carreras Licenciatura en Enfermería, Nutrición y Trabajo Social, predominando el género Femenino.

Sobre la Caracterización de la población encuestada, predomina el género Femenino con el 91,38% en un rango de 25 a 34 años 36,21%; de estado civil soltero (62,07%) pertenecientes a la carrera de Licenciatura en Enfermería cursando el Quinto año (43,10%).

Los resultados indican que en el 81% de la muestra sus hábitos alimenticios son medianamente saludables, el 15,5 % no saludable y sólo el 3,4 % se consideró saludable. Se consideró para la evaluación de esta dimensión, indicadores como el consumo de alimentos, la frecuencia de consumo, la ingesta de agua potable, la descripción del plato diario de comida, los métodos de cocción utilizados y la ingesta de bebidas azucaradas o gaseosas. (Tabla 1).

En cuanto a la Actividad Física y sedentarismo en los estudiantes, los resultados obtenidos indicaron que el nivel de actividad física que realizan los estudiantes de la UNLa en el año 2025 es Nulo o Muy Bajo representados en el 63,79%. El 6,9 % tiene un nivel medio de Actividad física y el 29,3% tiene un nivel alto de actividad. (Tabla 2)

En tercer lugar, se evaluó el consumo de sustancias lícitas e ilícitas y se obtuvo el resultado de que el nivel de consumo en los estudiantes es nulo representados en el 51,72%, por otro lado, en sumatoria existe un 48,28% que tiene un consumo de leve a grave. (Tabla 3).

Sobre el control de la salud, los resultados obtenidos muestran una distribución equilibrada entre los distintos niveles de control del estado de salud entre los estudiantes. Un 39,6% presenta un control adecuado, un 41,38% se encuentra en un nivel medianamente adecuado, un 19% presenta un control inadecuado. Este segmento de estudiantes no realiza controles periódicos o lo hace de manera muy esporádica. (Tabla 4)

Al observar en conjunto los resultados referentes a los antecedentes familiares, se observó que la mayoría de los estudiantes encuestados tienen antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares. El 65,52% de los estudiantes tiene al menos 1 antecedente familiar lo que significa un factor de riesgo no modificable que los predispone al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, siendo que en ambos casos (Hipertensión y colesterol) el antecedente se encuentra en la madre. (Tabla 5).

Tabla 1: Prácticas de Hábitos de alimentación de la población estudiantil encuestada de la UNLa, 2025.

Hábitos alimenticios

  • No saludable: 15,52%
  • Medianamente saludable: 81,03%
  • Saludable: 3,45%

Fuente: Elaboración propia.

 

Tabla 2: Nivel de actividad física de la población estudiantil encuestada de la UNLa, 2025.

Nivel de actividad física

  • Alto: 29,31%
  • Medio: 6,90%
  • Nulo o Muy bajo: 63,79%

Fuente: Elaboración propia.

 

Tabla 3: Hábitos de consumo de sustancias lícitas e ilícitas de la población estudiantil encuestada de la UNLa, 2025.

Nivel de consumo de sustancias lícitas e ilícitas

  • Grave: 12,07%
  • Leve: 24,14%
  • Moderado: 12,07%
  • Nulo: 51,72%

Fuente: Elaboración propia.

 

Tabla 4: Control del estado de salud de la población estudiantil encuestada de la UNLa, 2025.

Control de salud

  • Adecuado: 39,66%
  • Inadecuado: 18,97%
  • Medianamente adecuado: 41,38%

Fuente: Elaboración propia.

 

Tabla 5: Antecedentes familiares de Enfermedades de la población estudiantil encuestada de la UNLa, 2025.

Antecedentes

  • No: 34,48%
  • Si: 65,52%
  • Total, general: 100,00%

Fuente: Elaboración propia.

Discusión

En concordancia con lo expuesto en este trabajo de investigación, el desarrollo de las Enfermedades cardiovasculares está directamente relacionado con los Factores de riesgo Modificables, los No Modificables y los Hábitos de las personas. Se trata de enfermedades que se pueden prevenir, a través de identificar hábitos de riesgo y efectuar su modificación.

Las prácticas de prevención de las enfermedades cardiovasculares están implícitas en los hábitos y las acciones que se realizan a fin de prevenir, reducir el daño de la enfermedad y sus posibles consecuencias. Estas deben ser efectuadas sobre los Factores Modificables tales como Alimentación, Actividad física, Consumo de sustancias licitas e ilícitas, Tabaquismo y consumo de Alcohol. En cuanto aquellos Factores de riesgos No Modificables como el Sexo, la Edad y los Antecedentes familiares patológicos, las prácticas de prevención se centran en el control periódico sobre la salud.
Al mismo tiempo estas prácticas de prevención se ven intervenidas por las practicas sociales que desempeñan los estudiantes universitarios según sus necesidades y el rol que desempeñan en su núcleo familiar o social, transformándose en los principales gestores de su salud. De este modo el autocuidado se realiza en base al nuevo estilo de vida adaptado al periodo académico; de allí la capacidad de la toma de decisiones sobre el control y cuidado de la salud en cuanto a los factores que predisponen al desarrollo de una Enfermedad Cardiovascular.

Más de la mitad de las muertes por enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, son registradas en países de medianos y bajos ingresos; en estos países las personas no suelen recibir beneficios de programas de salud para la detección temprana de Enfermedades No Transmisibles y Enfermedades Cardiovasculares, además de otras enfermedades que se presentan en la población, recibiendo un servicio de atención a la salud poco eficaz y equitativo. En estos escenarios, la detección de cardiopatías se logra en una etapa avanzada de la enfermedad por lo que las personas mueren a una edad más temprana. El gasto económico que implica la atención a las Enfermedades Cardiovasculares contribuye a la pobreza significando una gran carga a nivel macroeconómico para los países de bajos y medianos ingresos. (OMS, 2021)

El estatus socioeconómico resulta un factor determinante en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares, ya que de ello depende el acceso a empleos dignos, un adecuado acercamiento y acceso al servicio de salud local y el nivel de escolaridad alcanzada, genera que las personas puedan minimizar los riesgos.

En relación con los Hábitos Alimenticios, los hallazgos obtenidos en esta investigación sobre la población estudiantil de la Universidad Nacional de Lanús contrastan con lo reportado por Ávila et al. (2022), quienes afirman que los estudiantes universitarios tienden a adoptar patrones alimentarios poco saludables como consecuencia de los cambios propios de la etapa de adaptación al ritmo de vida académico. Dichos patrones incluyen el consumo frecuente de alimentos con alto contenido de grasas, bebidas azucaradas, energizantes y productos ultra procesados, factores estrechamente vinculados al sobrepeso y la obesidad.

Para la evaluación de esta dimensión se consideraron diversos aspectos relacionados con los hábitos alimentarios, tales como el tipo de alimentos consumidos, la frecuencia de consumo, la ingesta de agua potable, la composición del plato diario, los métodos de cocción utilizados y el consumo de bebidas azucaradas o gaseosas. Se observo una ingesta frecuente de carnes rojas, carnes blancas, pescado y huevo, así como un bajo consumo de frutos secos y semillas. Por otro lado, los productos panificados, los aderezos y los embutidos presentan una alta frecuencia de consumo, mientras que la cantidad diaria de agua ingerida resulta insuficiente en la mayoría de los casos.

Si bien algunos indicadores reflejan prácticas alimentarias positivas, persiste un consumo significativo de alimentos ultra procesados, lo cual representa un factor de riesgo relevante. No obstante, los resultados obtenidos permiten refutar la hipótesis inicial, que planteaba que los estudiantes mantenían una alimentación inadecuada.

Sobre el nivel de Actividad Física, la mayoría de los estudiantes presentan un nivel de actividad física Nulo o Muy Bajo, manifestando no realizar actividad física o deporte o realizarla de manera muy esporádica. Este resultado confirma la hipótesis formulada en este trabajo sobre el estilo de vida sedentario de los estudiantes de la UNLa en 2025. De igual manera, este hallazgo coincide con Chalapub Narváez (2022) quien en su investigación afirma que la actividad física realizada por los estudiantes es baja e insuficiente en intensidad.

En cuanto al Consumo de sustancias lícitas (Tabaco, Alcohol, energizantes) e ilícitas (marihuana y otras), se observó que el nivel de consumo en los estudiantes es Nulo, este hallazgo refuta la hipótesis planteada en esta investigación acerca de que los estudiantes tienen un alto consumo de sustancias ilícitas. Sin embargo, en sumatoria existe un consumo de Leve a Grave teniendo en consideración que para evaluar esta dimensión se indagó sobre el hábito de consumo de Cigarrillo, Tabaco, Marihuana, Bebidas Alcohólicas, Bebidas energizantes y la frecuencia con la que realizan el consumo destacándose el Cigarrillo con una frecuencia de consumo de “Todos los días”. Estos datos son contrarios con los hallazgos realizados por Castro Cuesca (2022) quien en su investigación afirma que el consumo en los estudiantes es elevado destacando que el porcentaje de estudiantes fumadores es del 29,2% y más del 80% consume alcohol, mientras que en este trabajo el porcentaje de Fumadores fue de 15,52% (todos los días) y 29,31% consume bebidas alcohólicas 1 vez por semana.

Con respecto al nivel de Control de salud, existe una porción de los estudiantes que tiene un control Adecuado sobre la salud, otra porción más significativa que tiene un control Medianamente Adecuado de la salud y una fracción de la población que tiene un control Inadecuado en su salud respecto a Control sobre el Peso, Presión Arterial, Glucemia y Colesterol. Esto se contrapone a los hallazgos encontrados en la investigación de Chalapub Narváez (2022) donde se afirma que existe un nulo control, seguimiento y acompañamiento sobre el control de la salud en la población universitaria. Por otro lado, se refutan la hipótesis de esta investigación acerca de que los estudiantes universitarios no realizan un control adecuado de la tensión arterial, de glucemia o colesterol. Si bien existe un alto porcentaje de autocuidado positivo respecto a la realización de chequeos y controles de salud, resulta insuficiente para garantizar la prevención de las enfermedades cardiovasculares, ya que se observó que muchos estudiantes realizan el control de la presión arterial únicamente cuando presentan síntomas o se sienten mal. En cuanto al colesterol y la glucosa, el control suele realizarse una vez al año, mientras que el peso corporal es monitoreado con mayor regularidad, aproximadamente una vez por mes.

Por último, sobre los Antecedentes de enfermedades cardiovasculares, se observó que más de la mitad de los estudiantes, tiene al menos un antecedente familiar predisponen para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, principalmente relacionados a Hipertensión Arterial y colesterol. Aunque no fue motivo de investigación en este trabajo la relación de género y Enfermedades cardiovasculares, se observó que, al indagar la dimensión de antecedentes familiares patológicos, el porcentaje de alumnos con antecedentes de Hipertensión y Colesterol por parte de madre era mayor en comparación a padre y hermanos.

Si bien los datos obtenidos en esta investigación fueron comparados con antecedentes de investigadores en países de Latinoamérica, es importante comprender cual es la tendencia a nivel nacional sobre los hábitos que predisponen a un riesgo cardiovascular. Los hallazgos obtenidos sobre Consumo de sustancias nocivas coinciden con los datos expuestos en la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgos en Argentina (2019), donde se observó un notable descenso del consumo de Cigarrillo/ Tabaco en poblaciones Adulto-joven. No así en cuanto al consumo de Alcohol donde la Encuesta Nacional muestra un aumento significativo de consumo, en este trabajo la frecuencia de consumo fue de 1 vez por semana, aunque no se indago sobre la cantidad en Ml que consumen los estudiantes. Respecto de la Alimentación, sobre el consumo de Frutas y verduras se observó una frecuencia de Casi Siempre en los estudiantes, contrario a los expuesto en la Encuesta Nacional donde se observó un bajo consumo de este grupo de alimentos; esta diferencia puede estar relacionada a que gran parte de los encuestados pertenecen a la carrera de Enfermería, lo cual supone un conocimiento sobre la importancia del consumo de frutas y verduras. Por otra parte, tanto los hallazgos de esta investigación como los datos expuestos en la Encuesta Nacional coinciden en que existe un bajo nivel de Actividad Física en la población, esta tendencia al sedentarismo puede encontrarse reforzada por los avances tecnológicos y las nuevas modalidades de trabajo, especialmente Home Office donde por un lado se simplifican las tareas pero por otro lado se favorece al descenso de la actividad física; según la encuesta nacional de factores de riesgo, más del 70% de los adultos mayores no alcanza el tiempo de actividad física recomendable para la salud, situación que también se menciona en la Encuesta Nacional de Actividad Física y Deporte de Argentina (2021) donde se reflexiona acerca del envejecimiento poblacional actual y para los próximos 25 años haciendo hincapié en la necesidad de abordar la salud desde un enfoque más amplio ya que se espera tener un gran porcentaje de sedentarismo en la población para 2025.

Conclusión

Los estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús en el año 2025 presentan un estilo de vida con importantes factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y al evaluar las prácticas de prevención que realizan, estas resultan insuficientes, inadecuadas o nulas.

Si bien se muestran aspectos favorables en cuanto a los hábitos de alimentación, esto puede estar relacionado a que mayormente los encuestados pertenecen a carreras afines a la salud como Enfermería y Nutrición, lo cual puede estar relacionado con el conocimiento académico que los estudiantes poseen; sin embargo, en la actividad física se observa marcadamente el sedentarismo aunque se le da mucha importancia al control del peso corporal entre los estudiantes siendo el aspecto de salud más controlado; aunque no se profundizó sobre la motivación de este resultado puede estar relacionado al momento generacional que transcurre en el que se utilizan muchos dispositivos tecnológicos tanto para tareas laborales como académica favoreciendo al sedentarismo, se llega a la conclusión de que los estudiantes experimentan una falta de motivación para realizar algún deporte o actividad física.

Por otro lado, aunque se evidenció un porcentaje considerable de no fumadores, aún existe un porcentaje que fuma a diario, esto sigue siendo un punto importante en prevención ya que a pesar de ser un tema de salud muy abordado sigue siendo recurrente; por lo cual se denota que la intención en el consumo no es el daño en sí a la salud sino un afrontamiento ineficaz al estrés generado por las distintas situaciones que enfrenta el estudiante.

Como se mencionó con anterioridad, la prevención de las enfermedades cardiovasculares es un problema de salud que mantiene una mortalidad alta en Argentina y a nivel mundial, a pesar de las numerosas campañas de promoción y prevención. Por lo cual, se expone en este trabajo la necesidad de fomentar las prácticas de prevención en la salud cardiovascular, comprendidas desde la realidad sociocultural de la Nación Argentina, comenzando por la educación a la población en cuanto al Autocuidado de la salud en grupos de diferentes rangos etarios a fin de reducir los factores de riesgo prevalentes.

Bibliografía

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